La necesidad humana de cruzar pequeños arroyos y ríos fue el comienzo de la historia de los puentes. Hasta el día de hoy, la técnica ha evolucionado desde el uso de un tronco de árbol como mecanismo para conectar las orillas de un río hasta grandes puentes colgantes que cruzan bahías. Los puentes se han convertido a lo largo de la historia no solo en un elemento básico para las sociedades, sino en símbolo de su capacidad tecnológica.
Estas maravillas de la ingeniería pueden ser construidas con diversos materiales: hierro, madera, acero y hormigón. Además de su utilidad esencial, también son percibidas como hitos tecnológicos de la sociedad. En este sentido, hemos preparado una lista con diez de estas magnificas obras distribuidas por el mundo:
El puente colgante de Capilano, Vancouver (Canadá)
Este puente colgante de 137 metros tiene un sistema de pasarelas de madera suspendidas por un acantilado de granito glaciar. Fue construido en 1889 por el ingeniero George Grant Mackay y está suspendido a 70 metros de altura sobre el río Capilano. En su construcción inicial de usaron cuerdas de cáñamo para la suspensión y para la construcción del resto del puente se usaron tablas de cedro. En 1903 se sustituyó el cáñamo por cables de alambre mucho más resistentes y más tarde, en el año 1956, el puente tuvo una reconstrucción total, convirtiéndose en una conocida atracción turística de la ciudad.
Puente Kintai, Iwakuni (Japón)
Fue construido en 1673 a los pies del monte Yokoyama por el señor Hiroyoshi Kikkawa. Originalmente fue concebido como un puente que dirigía hacia la puerta principal del Castillo Iwakuni.
Esta obra cuenta con un sistema compuesto por cinco arcos de madera soportados por pilares de piedra. Cuando el río está en calma, el puente se refleja en el agua creando un efecto espejo casi hipnótico. Se recomienda visitarlo durante la primavera, época en la que florecen los cerezos.
Tower Bridge (Inglaterra)
Se trata de un puente que cruza el río Támesis en Londres. Combina las características de puente basculante y puente colgante. Está construido en estilo victoriano neogótico y se encuentra situado cerca de la Torre de Londres, de ahí de adquiere su nombre.
La construcción de este puente levadizo se inició en 1886 siguiendo el diseño del arquitecto Sir Horace Jones y el ingeniero Sir John Wolfe Barry. Presenta una estructura basculante conformada en su mayoría por acero, cuyas torres fueron recubiertas con cantería. La longitud total del puente, incluyendo los vanos (distancia entre apoyos de un elemento estructural que permite dejar un hueco abierto en un muro para que pase el aire o la luz) de aproximación es de 700 metros. Además, el vano móvil, dispuesto entre las torres neogóticas, es de 61 metros.
Pont du Gard (Francia)
El puente de Gard es un acueducto situado en el sur de Francia junto al pueblo de Remoulins. Fue construido por el Imperio Romano durante el siglo I D. C, en su momento, formaba parte del acueducto de Nîmes, una conducción hidráulica por gravedad de 50 kilómetros de longitud que transportaba el agua de un manantial en Uzès a la colonia romana de Nimes.
Hoy sigue en pie como si el paso del tiempo no le afectase. Sus arcos salvan la distancia entre las dos orillas del río Gard, considerado un lugar ideal para hacer kayak o canoa.
Puente de Triana, Sevilla (España)
Aunque es conocido popularmente como el puente de Triana por servir de enlace al barrio al que da nombre con el centro de Sevilla, su nombre original es Puente de Isabel II y es a la fecha, el puente de hierro más antiguo del país. Construido bajo el reinado de Isabel II, de ahí su nombre, se terminó en 1852 después de siete años siguiendo el diseño de los ingenieros franceses Fernando Bernadet y Gustavo Steinacher. Los materiales utilizados para su construcción fueron principalmente, pilares de piedra y hierro.
Compuesto de tres arcos, de 43,464 metros de luz cada uno, fue declarado Monumento Histórico Nacional el 13 de Abril de 1976. Un año más tarde, en 1977 fue restaurado según el proyecto del ingeniero onubense Juan Batanero, mientras que el ingeniero sevillano Manuel Ríos Pérez fue el encargado de dirigir las obras, que culminaron en junio de 1977.
Puente Chengyang, Sanjiang (China)
Fue construido por la comunidad étnica de los dong para proteger a los habitantes de la ciudad contra el viento y la lluvia. Lo más impresionante de esta obra es que no lleva clavos o remache, sino que sus piezas de madera han sido elaboradas imitando un rompecabezas, encajando a la perfección.
Cada detalle cobra especial importancia en la construcción de este puente, situado sobre el río Linxi desde 1916. Su gran tamaño hace de él una auténtica obra de ingeniería, ya que sus 64 metros de largo se sostienen sobre tres grandes columnas de piedra sin más ayuda que la estabilidad lograda por el propio ingenio de los dong. El puente Chengyang ha sido catalogado como uno de los más hermosos del mundo.
Ponte Vecchio, Florencia (Italia)
Se cree que fue un puente construido inicialmente en madera por los romanos, sin embargo, a consecuencia de una inundación en el año 1333, se reconstruye en su totalidad con piedra. Vasari atribuye su diseño al arquitecto y pintor italiano Taddeo Gaddi. Esta construcción es famosa por tener todavía edificios encima, tal y como era común hace siglos, característica que no le resta encanto a este único lugar.
El puente se sostiene sobre tres arcos, el principal tiene una luz de 30 metros y los otros dos de 27 metros. El alzado de los arcos varía entre 3,5 y 4,4 metros.
Puente Helix (Singapur)
Este puente ultramoderno construido en cristal y malla de hierro supone un complemento tecnológico perfecto para la ciudad que lo acoge. Por la noche, el puente Helix se ilumina gracias a cientos de luces LED azules que se distribuyen por todo el puente otorgándole un aspecto muy etéreo. Su estructura recuerda a las cadenas de ADN que le dan una original forma tubular.
Este puente peatonal de 280 metros está diseñado para dar sombra y refugio contra el sol, así como protección contra las fuertes lluvias. Los cuatro miradores que tiene se sitúan en puntos estratégicos para que los visitantes puedan disfrutar de las impresionantes vistas que ofrece la ciudad. Además, el puente sirve como una galería donde se exhiben al público dibujos y pinturas realizadas por artistas.
Viaducto de Millau (Francia)
Esta elegante estructura de hormigón y acero, surgió tras el ingenio y la colaboración entre un ingeniero francés y un arquitecto inglés y hoy en día continúa siendo un importante símbolo para los franceses. Con sus 343 metros de altura sobre el río Tarn fue el puente más alto del mundo hasta el 5 de enero de 2012, año en el que se inauguró el puente Baluarte-Bicentenario en la carretera Mazatlan-Durango (México), con 402 metros de altura.
El viaducto de Millau recorre una de las más bellas regiones rurales de Francia, a los largo de 2,5 kilómetros, entre el Causse du Larzac y el Causse Rouge. También es paso imprescindible (el más corto) para ir de París a Perpignan.
Sydney Harbour Bridge, (Australia)
Este puente que atraviesa la bahía de Sidney, conecta el centro financiero de la ciudad con la costa norte, una zona de carácter residencial y comercial. Tras más de ocho años de construcción se abrió al público en 1932.
La longitud total del puente es de 1149 metros y sobre el agua tiene una longitud de 503 metros, lo que lo hace el quinto más largo en su tipo. El arco se eleva hasta una altura de 134 metros. Está concebido para soportar ocho carriles de automóviles, dos líneas de ferrocarril y una ciclovía.
Proyecto “Next Generation” reconocido en los LafargeHolcim Awards como solución a la acumulación de sedimentos en el Delta del Ebro (Tarragona)
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El hormigón y sus propiedades más desconocidas