Los cambios en el proceso de desarrollo social han tenido y tienen una característica en común independientemente de la época, la aversión a lo desconocido, a lo que hay detrás de un estado de confort. A lo largo de la historia encontramos pequeñas sublevaciones en contra de los avances tecnológicos, como las revueltas durante la revolución industrial y textil y más actualmente nuestra resistencia a los procesos de digitalización, entre otros. Ese miedo endémico es lo que nos ha dificultado como sociedad a adaptarnos a lo inevitable. Sin embargo, poco a poco nos hemos ido habituando a esta nueva situación, introduciendo en nuestra vida avances como inteligencia artificial, el internet de todas las cosas, la ciberseguridad o la impresión en 3D, entre otras.
La impresión en 3D ha provocado un resurgir económico a nivel mundial, que a su vez ha dado pie a una nueva etapa que algunos expertos han bautizado como la “cuarta revolución industrial” o la “Industria 4.0”. Pero, ¿en qué consiste este cambio? Hoy en día nos encontramos inmersos en un proceso de digitalización que ha cambiado tanto nuestra forma de trabajar como de relacionarnos y que se ha convertido en un estilo de vida que forma parte de nuestro presente. Esta etapa se caracteriza por la aplicación de diferentes innovaciones tecnológicas en prácticamente todos los ámbitos de la sociedad, como en el campo de la construcción.
Poco a poco se van desarrollando ejemplos de esta tecnología 3D aplicados al ámbito de la edificación sostenible, como resultado de las sinergias entre tecnología y construcción. Un ejemplo lo encontramos en la colaboración entre la empresa VINCI Construction junto con la firma francesa de inicio en impresión 3D, XTreeE y LafargeHolcim.
De este convenio ha nacido un cemento autosuficiente impreso en 3D que permite construir edificios y mobiliario a través de un proceso más preciso y rentable que el sistema tradicional. Este cemento se crea en base a un algoritmo genético que estudia la relación entre la masa, carga y número de barras, donde el objetivo es encontrar una armadura resistente a la carga con menos material.
Otra iniciativa de impresión 3D aplicada a la construcción en España se encuentra en Madrid, donde se ha creado el primer puente peatonal impreso mediante esta técnica. Dirigido por el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC) y ejecutado por un equipo multidisciplinario de arquitectos, ingenieros mecánicos, ingenieros estructurales y representantes de la administración municipal (entre ellos Enrico Dini, experto inventor de fabricación en 3D a gran escala y colaborador de IAAC). La estructura de este puente se imprimió en un hormigón micro-armado con una longitud de 12 metros de largo y 1,75 metros de ancho, lo que supuso un gran reto ya que la impresora 3D permite imprimir a 2mx2mx2m. Según la propia entidad creadora, el diseño de este proyecto permitió la distribución óptima del material y minimizó la cantidad de residuos, reciclando la materia prima durante la producción.
La inserción de estas técnicas supone un gran avance para el futuro de la construcción sostenible y da paso a un cambio de paradigma en el que los estándares para los materiales de construcción convencionales variarán y evolucionarán. La tecnología de impresión 3D hará realidad la transformación del proceso de diseño mejorando la sostenibilidad en la construcción gracias, entre otros aspectos, al uso de materiales reciclados en el proceso de impresión.
Proyecto “Next Generation” reconocido en los LafargeHolcim Awards como solución a la acumulación de sedimentos en el Delta del Ebro (Tarragona)
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El hormigón y sus propiedades más desconocidas