En los últimos años, la sociedad ha asumido un rol transformador en temas fundamentales como la sostenibilidad, el respeto a los ecosistemas naturales y la calidad del medio ambiente, sin dejar a un lado el progreso económico y social de los países. Se hace necesario para asegurar un futuro sostenible, que las ciudades, sus habitantes y gobernantes, emprendan iniciativas que contribuyan a la recuperación de espacios naturales, a la gestión efectiva del agua y los residuos, a la búsqueda de energías alternativas… en definitiva se trata que su modelo de gestión este encaminado hacia el desarrollo sostenible.
En este sentido, diversas instituciones como el Grupo de Liderazgo Climático C40 o la Comisión Europea a través del premio anual “Capital Verde” han reconocido la labor de aquellas ciudades que destacan por su papel a favor del medio ambiente y su alto grado de compromiso con el progreso.
A continuación mostramos diez urbes, que han sido reconocidas por sus acciones y transformaciones verdes:
Reikiavik (Islandia)
Reikiavik, la "bahía humeante", es una de las ciudades menos contaminantes del mundo. La actividad térmica de la capital islandesa cubre el 99% de las necesidades eléctricas de sus habitantes. Además, sus autobuses se propulsan con hidrógeno libre de emisiones.
Nueva York (USA)
Para la preservación de la ciudad, las autoridades locales presentaron el plan “One City: Built to Last” el cual tiene como objetivo elevar la eficiencia energética de un millón de inmuebles en un plazo de diez años. La iniciativa le consiguió a la ciudad, por segundo año consecutivo, el premio a la Eficiencia energética en edificios otorgado por el C40.
Curitiba (Brasil)
Para los antiguos habitantes de este edén brasileño la palabra Curitiba significaba "lugar donde existen pinos"; y hoy en día se sigue confirmando el mito: con una tasa de reciclaje del 70%, más de mil zonas verdes, una veintena de parques y árboles alrededor de sus caminos y carreteras, esta urbe es la más verde de América Latina.
Johannesburgo (Sudáfrica)
Es una de las ciudades pioneras en el mundo en captar financiación para sus proyectos sostenibles a través de los llamados Bonos Verdes: activos líquidos y de ingreso fijo que buscan realizar proyectos verdes, es decir sustentables, y obtener financiamiento por parte de inversionistas interesados. Este sistema le ha permitido a Johannesburgo renovar su red de transporte público y fijar el objetivo de reducir un 42% las emisiones de carbono en diez años.
Adelaida (Australia)
En esta ciudad el transporte público cuenta con autobuses propulsados con energía solar, una de las energías renovables utilizadas para alimentar sus edificios públicos. Además, cuentan con una autopista muy particular, se trata de Velowey, una carretera de 7 kilómetros sobre la que circulan cientos de ciclistas al día. Esta peculiar autopista une la localidad de Marion con el Túnel de Panalatinga.
San Francisco (USA)
Según el Ayuntamiento de San Francisco, los estadounidenses compran alrededor de 500 millones de botellas de agua a la semana. Por ello, y con el objetivo de reducir al mínimo la basura en los vertederos para 2020, la ciudad ha decidido prohibir la venta de agua embotellada. Sin embargo, San Francisco no es la primera ciudad en tomar esta medida, ya en 2009, una pequeña ciudad de Australia decidió poner fin a la venta de agua embotellada.
Liubliana (Eslovenia)
Liubliana se erige como la actual Capital Verde Europea gracias al espectacular cambio que ha desarrollado a lo largo de esta última década: regeneración de las inmediaciones del río Sava, construcción de nuevas zonas verdes y la reforestación de la ciudad con más de 2.000 árboles.
Ciudad del Cabo (Sudáfrica)
Dividida entre un centro europeizado y rico, conocido como Ciudad Madre, y unos conflictivos suburbios, Ciudad del Cabo ha puesto el foco en un elemento vital: el agua. Su plan de gestión, activo desde 2007, ha frenado el crecimiento del consumo y ha reducido el crónico desperdicio a un 20%. El resultado final, un ahorro de agua estimado en el 30%. Esta iniciativa ha sido galardonada por el C40.
Vancouver (Canadá)
Vancouver, la tercera población más grande de Canadá, ambiciona convertirse en la ciudad más verde del mundo en 2020. Para ello, ha puesto en marcha un macroplán con tres objetivos fundamentales: cero emisiones de carbono, cero residuos y ecosistemas sostenibles. Con más de 160 acciones del programa en marcha, el C40 ha premiado la iniciativa en la categoría de Planificación de emisiones de carbono.
Wuhan (China)
Wuhan, la ciudad más grande de la zona central de China, regeneró en 2012 el vertedero abandonado de Jinkou, recuperando los terrenos contaminados y haciéndolos fértiles de nuevo. El espacio, ahora limpio y de uso ciudadano, alojó en 2015 una exposición internacional de jardinería. La reforma le valió a Wuhan el reconocimiento del C40 en la categoría Gestión de residuos.
Estas ciudades están liderando el camino hacia una vida urbana más sana, sostenible y respetuosa con su entorno natural a través de acciones significativas, medibles y perdurables en el tiempo. Son el ejemplo de que pequeñas decisiones pueden dar como resultado grandes cambios.
Proyecto “Next Generation” reconocido en los LafargeHolcim Awards como solución a la acumulación de sedimentos en el Delta del Ebro (Tarragona)
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