Hoy en día, pocas cosas pueden sorprendernos. Vivimos una época llena de paradojas, en la que todo parece más cerca y los tiempos son más cortos, pero a la vez, pasa cada vez más rápido. Tenemos a nuestro alcance una tecnología capaz de hacer la vida más confortable. Nos hemos acostumbrado al transporte de alta velocidad, a smartphones y cada vez más, estamos más familiarizados con el concepto de smartcities. Hace unos años, pensar en estas posibilidades podría parecer ciencia ficción y tecnología inalcanzable, sin embargo, en la actualidad, esta tecnología, al servicio de las personas nos ha ayudado no solo a construir más eficientemente, sino que también ha permitido acondicionar dichas construcciones de manera inteligente.
Cuando hablamos de una vivienda, por ejemplo, se nos viene a la cabeza una casa en el campo o un residencial o una gran torre en la ciudad. Sin embargo, no nos quedamos solo en la estructura, vivienda es sinónimo de hogar, de familia, de amigos, de buenos momentos, de alegría; al fin y al cabo, un hogar no es solo el lugar en el que vives. Por ello, encontrar una construcción que se adapte a las necesidades de los inquilinos es una preocupación para arquitectos, constructores e ingenieros. Cada vez más, las necesidades a las que tienen que hacer frente dejan de ser meramente estructurales y está relacionadas con la calidad de vida de los inquilinos.
En este sentido, la domótica ha sido la respuesta tecnológica a esa demanda específica, pero ¿qué es la domótica? Se trata del conjunto de tecnologías aplicadas al control y automatización inteligente de la vivienda, permitiendo así desde una gestión eficiente del uso de la energía hasta la comunicación entre usuario y sistema.Este campo de acción ha supuesto para toda la sociedad en su conjunto, y más especialmente al colectivo con alguna discapacidad física, un avance en calidad de vida. Y al mismo tiempo, una ayuda al planeta, gracias al ahorro del consumo energético.
Las casas inteligentes se caracterizan por estar equipadas con sistemas operativos capaces de realizar las distintas tareas del hogar de manera automática en función de las órdenes dictadas por los usuarios. De esta manera, se fomenta, entre otros aspectos la accesibilidad, ya que facilita el manejo de los elementos del hogar a las personas con discapacidad, al tiempo que ofrece servicios de teleasistencia para aquellos que lo necesiten. También aportan una fácil gestión de los dispositivos y actividades domésticas, a través de la automatización de las luces, puertas y electrodomésticos, entre otros.Si bien esta tecnología no está aún muy extendida, muchos agentes sociales como instituciones tanto públicas como privadas, están apostando por incluir esta tecnología a la construcción del siglo XXI.
Un ejemplo lo vemos en la Fundación ONCE, desde done han diseñado un modelo de vivienda inteligente y sostenible con el que tratan de crear un impacto en el sector y facilitar el cambio hacia la accesibilidad universal. Construcción integral, que aúne eficiencia y tecnología tanto en sus materiales de construcción como en su interior para dar respuesta a las necesidades de una sociedad que cada vez más se preocupa por el medio ambiente y por conseguir que todos los colectivos sociales, desde los más ancianos hasta los más jóvenes o con una discapacidad tengan la posibilidad de disfrutar del hogar de sus sueños.
Proyecto “Next Generation” reconocido en los LafargeHolcim Awards como solución a la acumulación de sedimentos en el Delta del Ebro (Tarragona)
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El hormigón y sus propiedades más desconocidas