Pioneras de la edificación

El pasado miércoles día 8 de marzo se celebró el Día Internacional de la Mujer, un día conmemorativo por la lucha de igualdad entre hombres y mujeres dentro de todos los ámbitos de la sociedad. Hemos querido dedicarle un espacio a las pioneras en el mundo de la construcción porque, a pesar de ser éste un ámbito laboral tradicionalmente masculino y haber estado siempre presentes en él, las cifras registradas de partícipes activas se incrementaron exponencialmente a partir de la revolución industrial.

En el mundo de la construcción a día de hoy, aproximadamente el 40% de los estudiantes graduados en arquitectura en la zona de Occidente son mujeres, aunque se estima que no más del 12% practica profesionalmente esta actividad. A pesar de estos datos, son muchas las mujeres que han destacado en este entorno, ganando terreno en una profesión que durante mucho tiempo fue liderada por hombres. Además han logrado convertirse en una pieza fundamental para la construcción de nuevos planteamientos arquitectónicos.

Julia Morgan fue la primera mujer titulada en arquitectura en el mundo.  Durante sus cincuenta años de carrera diseñó más de 700 edificios, de entre los que destacan la residencia Heritage Reterement Community, el Merrill Hall, la Derge House o el Roman Pool de Hearst Castle. Asimismo, lideró la reconstrucción del edificio del Hotel Fairmont de San Francisco, dañado por un seísmo en 1906.

Otro ejemplo a destacar es el de Marion Mahony, otra de las pioneras que trabajó para el famoso arquitecto Frank Lloyd Wright. Ella contribuyó en el estilo de las casas de la pradera y destacó por el uso de la acuarela en diversos proyectos, estilo que caracterizaba a los anteproyectos de su descubridor.

Una de las precursoras del movimiento moderno fue la casi desconocida Eileen Gray. Esta mujer consiguió llamar la atención del famoso arquitecto Le Corbusier gracias a sus diseños modernos y vanguardistas tanto de las casas como del mobiliario de las mismas. Aunque quedó en el olvido durante mucho tiempo, actualmente está empezando a ser redescubierta.

Anna Keichline,  fue la primera mujer arquitecto registrada en el estado de Pennsylvania y conocida por inventar el Ladrillo de K, hueco, e incombustible que fue el precursor del bloque moderno de concreto.

Zaha Hadid es la  única arquitecta, mujer ganadora del premio Pritzker 2004 (el máximo galardón en la arquitectura) por su proyecto  arquitectónico  para el centro de tratamiento contra el Cáncer, “El Maggie Center”. Es la única mujer  arquitecta que fue mencionada entre  los 10 mejores arquitectos del mundo en el 2010.

El caso de Norma Merrick Sklarek fue especial, ya que tuvo que luchar por su condición de mujer de color y por hacerse un hueco en el mundo de la edificación. Merrick fue una de las primeras mujeres afroamericanas en obtener un título de licenciatura en Arquitectura, y a pesar de las presiones de la sociedad, fundó su propio estudio dirigido por mujeres.

En España también contamos con un ejemplo a señalar. Matilde Ucelay fue la primera arquitecta titulada del país que ejerció la profesión como tal. Esta mujer tuvo que lidiar con la Guerra Civil española, la cual la inhabilitó para ocupar cargos públicos debido a su afiliación republicana. La gran mayoría de sus primeros proyectos fueron firmados por sus compañeros, pero a partir de 1945 pudo dejar constancia de sus más de 120 proyectos. Algunas de sus obras más emblemáticas son la casa Oswald, las casas de Guillermo Bernstein o la de Simone Ortega y el edificio Castaño de Madrid. Tuvo una carrera de más de 40 años de ejercicio profesional y en 2004 se le concedió el Premio Nacional de Arquitectura.

Todas estas mujeres, y muchas otras, se han consagrado como ejemplos emblemáticos a destacar dentro del área de la edificación. Su persistencia ha logrado sentar las bases de la arquitectura contemporánea y ha permitido allanarles el camino a otras mujeres que, como ellas, se han encontrado con obstáculos a lo largo de sus carreras profesionales.

Desde Lafarge Holcim la preocupación por lograr un ambiente de trabajo equilibrado y en igualdad de condiciones forma parte de la visión de la empresa. Por este motivo, dentro del Plan 2030 se busca, a nivel global, lograr un mínimo de diversidad de género del 30% en todos los niveles de gestión para el año 2030.