1. Torres Puerta de Europa (Madrid, España)
Es probable que no conozcas por este nombre a los primeros rascacielos inclinados (intencionadamente) del mundo, que abren el camino hacia el norte de la capital española. Se trata, efectivamente, de las conocidas como Torres KIO, que tomaron este nombre de la promotora en su construcción, Kuwait Investments Office. Estos iconos de la ciudad fueron diseñados en 1989 por los arquitectos Philip Johnson, primer Premio Pritzker de la historia, y John Burgee. En su día, este proyecto arquitectónico fue una auténtica revolución en el sector de la construcción con sus 27 plantas que suman 114 metros de altura y sus 15 grados de inclinación – son la segunda pareja de edificios más alta de España después de las Torres de Santa Cruz, en Santa Cruz de Tenerife.
Las KIO se mantienen en pie con esta inclinación gracias a materiales de construcción como el acero estructural y el hormigón armado, del que está hecho el núcleo rígido que alberga las escaleras y ascensores y que está unido a la primera estructura. La fachada está hecha de cristal, granito y metal.
2. Las torres Asinelli y Garisenda (Bolonia, Italia)
Estas dos torres de origen medieval, construidas entre los siglos XII y XIII, marcan el perfil de la ciudad italiana. La Asinelli, por un lado, es la más alta, con sus casi 98 metros de altura, lo que la convirtió en fortaleza y prisión en sus orígenes y en punto de observación del enemigo durante la Segunda Guerra Mundial. Cuenta con una inclinación de más de un metro respecto a la vertical. Por otro lado, Garisenda es algo más pequeña con 48 metros de altura pero dobla a su ‘hermana’ en lo que a inclinación se refiere, con más de 3 metros sobre la vertical.
Estas torres inclinadas, que datan de la Edad Media, se diferencian de otras más actuales por el hecho de que su inclinación se produjo de manera completamente inintencionada ajena a su construcción, seguramente debido a fallos de cálculo que han hecho que el paso del tiempo melle su verticalidad. Sin embargo, es gracias a esto que muchas de estas torres se han ganado un hueco entre las grandes atracciones turísticas.
3. Capital Gate Tower (Abu Dhabi, Emiratos Árabes)
Los Emiratos Árabes Unidos no podían quedarse sin su torre inclinada y optaron por construir la más inclinada del mundo – la Capital Gate Tower está cinco veces más inclinada que la Torre de Pisa (18 grados sobre la vertical). El edificio es además más alto que las torres madrileñas: sus 35 pisos suman 160 metros de altura.
Los materiales de construcción son quienes mantienen en pie este desafío de la arquitectura y la ingeniería: en concreto, el hormigón reforzado que conforma su base, levantada en dirección opuesta a la inclinación a modo de balanza. La estructura exterior de acero, además, se sostiene gracias a 490 pilares.
4. Tiger Hill Pagoda (Suzhou, China)
China también cuenta con su particular edificio inclinado. La Torre Huquiu, o Tiger Hill Pagoda, cuenta con 47 metros de altura y una inclinación de tres grados. Esta peculiar construcción forma parte del complejo del templo Yunyan y data de principios del siglo X.
En este caso, la inclinación es también accidental, y se debe a la diversidad de materiales sobre los que se apoya la estructura: una parte de la torre está cimentada sobre roca mientras que el resto de la torre se erige sobre terrenos de materiales más blandos sobre los que el edificio ha ido cediendo.
5. La torre de Montréal (Montréal, Canadá)
La capital del Québec canadiense puede presumir de contar con la torre inclinada más alta del mundo: ¡165 metros de altura! Además, tiene un ángulo de inclinación de 45 grados. Forma parte del Estadio Olímpico construido para los Juegos de 1976; sin embargo, la torre no pudo ser inaugurada hasta diez años después.
Más de 4 millones de personas han visitado el increíble observatorio situado en los últimos tres pisos de la torre, desde el que se puede apreciar toda la ciudad a vista de pájaro: se pueden apreciar hasta las montañas Laurentian, a 80 kilómetros de distancia. Un funicular que recorre el exterior de la torre se encarga de desafiar el vértigo de los visitantes.
Proyecto “Next Generation” reconocido en los LafargeHolcim Awards como solución a la acumulación de sedimentos en el Delta del Ebro (Tarragona)
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