La construcción está viviendo una época de cambio y de reformulación; los agentes implicados en ello, ingenieros, arquitectos y empresas de materiales de construcción como LafargeHolcim están inmersos en la búsqueda de nuevos formatos constructivos que den respuesta a las necesidades sociales poniendo el foco en la sostenibilidad y la eficiencia energética.
En esta vorágine de cambios, es fundamental la investigación en desarrollo de nuevos materiales y fórmulas constructivas que tengan en cuenta el impacto medioambiental de la actividad y no sólo lo limiten, sino que, en la medida de lo posible, lo reviertan.
En otras ocasiones, hemos hablado de fórmulas de construcción a través de materiales alternativos como el plástico, que fue utilizado en el proyecto “PlasticBottleVillage” y cuyo objetivo radicaba en minimizar el impacto medioambiental de la construcción y, al mismo tiempo, reciclar materiales poco amables con el planeta (una botella de plástico tarda más de cien años en descomponerse).
En este sentido, cabe destacar que esta creciente tendencia al uso de botellas de plástico como material de construcción no se limita a proyectos de reconstrucción sino a la necesidad de métodos alternativos y asequibles de edificación rápida y barata en países en los que no se cuenta con los recursos necesarios para llevar a cabo construcciones tradicionales.
Este tipo de arquitectura se da, cada vez más, en países africanos y asiáticos, principalmente. Pero la edificación no es el único uso “alternativo” que se le da al plástico, ya que, en aquellas zonas en las que el acceso a la electricidad no está generalizado o no se dispone de recursos suficientes como para hacer frente a su coste, han pasado a depender de las botellas de plástico como vía de iluminación durante el día.
Para conseguir que las botellas de plástico funcionen como sistema de alumbrado tan sólo es necesario llenarlas con agua y un poco de cloro o lejía -para evitar la aparición de moho- y después colocarlas en el techo de las viviendas. El agua de estas improvisadas “lámparas” reflecta la luz solar y la transmite al interior de los hogares, actuando con la misma intensidad que lo haría una bombilla de 55 vatios. Al ser un medio de iluminación cien por cien dependiente de los rayos solares, sólo funciona durante las horas de luz, lo que supone que por la noche los habitantes no pueden recurrir a las botellas y necesiten algún tipo de acceso a otras formas de iluminación.
Las “botellas de luz” aparecieron por primera vez en Brasil y rápidamente se popularizaron en Filipinas, aunque con el paso del tiempo esta original idea se ha ido extendiendo a otros países como Bangladesh, Tanzania o la India.
En países como la India en los que hay un elevado índice de pobreza interna, este tipo de reciclado supone una ayuda inconmensurable para miles de hogares que de esta manera reducen considerablemente su consumo diario de energía.
La India no es sólo el segundo país más poblado del mundo, sino que también es el tercer país más contaminante del mundo. Esto ha generado en la sociedad la necesidad de reducir las emisiones de CO2, que de momento se plasma en el fomento de las energías renovables y en la construcción de viviendas ecológicas y sostenibles que tienen como objetivo reducir el consumo utilizando materiales reciclados y aprovechando los recursos naturales como la luz y el viento.
Este compromiso de la India con el medio ambiente se observa en variedad de proyectos, como es el caso de Hyperion, un proyecto basado en la construcción de un barrio vertical en el que la naturaleza tenga un papel primordial. Se estima que este proyecto tenga un impacto nulo en el ecosistema local y además, será autosuficiente gracias a la instalación de paneles solares y turbinas eólicas.
También, cabe destacar el aeropuerto internacional de Cochin, situado en Kerala, India, que actualmente funciona íntegramente con la energía solar que proporcionan 46 mil placas solares. Se trata de un proyecto que nos muestra el poder de las energías renovables y su capacidad para proveernos de energía sostenible a todos los niveles.
Cada vez se hace más patente la necesidad de invertir en este tipo de proyectos, que no sólo aseguran nuestra seguridad y comodidad, sino que además tratan de mejorar e innovar mediante la sostenibilidad y la eficiencia, proporcionando una ayuda muy necesaria al medio ambiente y a nuestro planeta.
Proyecto “Next Generation” reconocido en los LafargeHolcim Awards como solución a la acumulación de sedimentos en el Delta del Ebro (Tarragona)
Proyecto “Next Generation” reconocido en los LafargeHolcim Awards como solución a la acumulación de sedimentos en el Delta del Ebro (Tarragona)
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