La actualidad informativa nos conduce a preguntarnos cómo en pleno siglo XXI, las catástrofes naturales ocasionan daños de tal envergadura. Sin embargo, la realidad de estos fenómenos como los terremotos, es que son según los expertos, prácticamente impredecibles. Sin embargo, ciertas técnicas de construcción podrían minimizar los daños ocasionados.
Muchos lugares “calientes” como Chile, Japón o Los Ángeles, han tomado conciencia y ya aplican este tipo de edificación para conseguir así el mínimo daño posible. Pero, ¿qué significa ser un edificio sismorresistente? Tranquilos, no nos referimos a edificios futuristas dignos de aparecer en películas como Star Wars. En apariencia, un edificio sismorresistente no se diferencia de cualquier otro de la ciudad; su secreto reside en la manera en que han sido levantados.
Pero, comencemos desde el principio. Los edificios corrientes se construyen para que soporten su peso ante la fuerza de la gravedad, sin embargo, para que sean resistentes a la violencia de un terremoto, necesitan ser capaces de absorber el movimiento horizontal.
¿Cómo lo consiguen los expertos en edificación? El catedrático de Estructuras de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid, Amadeo Benavent, explica que para lograrlo, es necesario conseguir un equilibrio entre resistencia lateral y ductibilidad del edificio. Esto, añade el experto, es aplicable tanto a construcciones nuevas como a la ya existente.
Para aumentar la resistencia de los edificios se pueden emplear varias técnicas, entre ellas, añadir muros estructurales de hormigón armado, barras diagonales, muretes laterales en los pilares conectando vigas y pilares para que, con el movimiento, no se separen y se puedan derrumbar las plantas. La ductibilidad, por su parte, es la capacidad que tiene un material para deformarse sin romperse.
Otra técnica que puede utilizarse para aumentar la resistencia de edificios ya construidos es el “aislamiento base”, que consiste en apoyar los edificios sobre elementos de goma.
Además de mejorar la resistencia y ductibilidad de las construcciones, los expertos señalan otros factores a tener en cuenta, entre ellos:
La altura del edificio. Si bien han existido y existen ciertas limitaciones en este sentido, en la actualidad, se tiende a valorar la altura de las construcciones en función de la calidad del diseño arquitectónico. En este sentido, otro de los factores, aunque pueda parecer obvio, radica en la calidad de los materiales utilizados; mayor calidad, mayor resistencia. Asimismo, hay que prestar atención a la simetría y distribución de masas. Esto quiere decir que, cuanto más simétrico y mejor equilibrado esté un edificio, mayor será su resistencia.
Por último, destaca el uso de estructuras rígidas en planta y una buena cimentación. Pero, ¿Qué significa esto? El mayor uso de muros en la base, mejora la resistencia, asimismo, un buen estudio previo sobre el terreno se antoja indispensable para la construcción de un edificio.
Siguiendo estas técnicas de construcción se conseguirían edificios con mayor resistencia a los terremotos que, en definitiva, se traduciría en menor daño personal y material.
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